El Profesor y Escritor cutervino, Juan Oblitas Carrero, es el flamante ganador del certamen organizado por el Gobierno Regional de Cajamarca, denominado "Vanguardia Literaria Cajamarquina 2018".
La obra literaria con la que participó el escritor cutervino y resultó ganadora en este certamen cultural, lleva el nombre de "Ángeles del Otoño" en el género Novela.
Tal y como lo estipula las Bases de este concurso, la obra ganadora se imprimirá en un total de 1000 ejemplares, cuyo 30% será en beneficio del Gobierno Regional.
Tal y como lo estipula las Bases de este concurso, la obra ganadora se imprimirá en un total de 1000 ejemplares, cuyo 30% será en beneficio del Gobierno Regional.
"Es una propuesta para el público en general, y de manera especial para los jóvenes. Yo creo que las descripciones de escenarios ayudarán a reconstruir algunas facetas de pequeñas urbes del ande, y refrescarán ciertos amoríos surgidos en el concierto de sorpresas, misterios e ilusiones" refiere el autor de "Del Batán y su terruneo".
ACERCA DE LA OBRA
"Es una novela corta ambientada en los años 80 y cuyo escenario principal
corresponde a Villa Asunción, donde crece el pequeño Onircio que es traído de la
estancia cercana de Colcopuna, quien junto a su familia, fija su residencia en el barrio
de Los Cipreses; ahí se enamora de la simpática Amelina, cuyo padre es un banquero
jubilado natural de Santiago de Chuco y que en sus tardes de asueto disfruta de tocar
la acordeón, convirtiéndose en el providencial pretexto del protagonista para acercarse
al entorno de su primer amor. Cuando todo iba muy bien, y tan pronto concluye su
secundaria, Amelina, desaparece accidentalmente de Villa Asunción sin dejar rastro
alguno. Onircio se sume en la más completa tristeza y solo será cuando al arribo de
unos familiares de la adolescente consiga obtener noticias de su amor y rebroten sus
esperanzas de encontrarla pronto. El muchacho viaja a Trujillo y tras una tensa espera
en las cabinas de Entel Perú, un tío de Amelina le informa que ella se encuentra
consagrada a la obra de Dios en un convento de clausura, él insiste en verla y la
busca por la ciudad, hasta que da con el monasterio y a su exigencia, logra
comunicarse con la religiosa; apenas reconoce su voz y ve que sus manos aparecen
por una ventanita, sin poder ver el rostro de su Amelina, el sufrido Onircio le implora
que retorne con él, pero sus esfuerzos son totalmente vanos. Tras reponerse de su
desvanecimiento se dirige a la estatua de La Libertad y allí se desprende de la única
fotografía que llevaba durante sus últimos días" manifiesta Oblitas Carrero, quien invita a estar a la expectativa de su pronta publicación y así poder disfrutar de esta creación literaria.